MONARQUIAS

El Imperio Mexicano

Fue un Estado independiente que nació a partir como resultado del movimiento independentista de Nueva España. México fue la única nación independizada de España que adoptó un régimen monárquico después de su independencia. El período histórico del Primer Imperio mexicano comprende de la firma de los Tratados de Córdoba en 1821 hasta la proclamación de la República federal en 1823. En 1863 se estableció un Segundo Imperio Mexicano.

                           

El territorio del Imperio Mexicano correspondió al antiguo virreinato de Nueva España con excepción de las capitanías generales de Cuba, Santo Domingo y Filipinas. Las provincias de la Capitanía General de Guatemala se anexaron después al Imperio mexicano. El primer y único monarca de este estado fue Agustín de Iturbide, con el nombre de Agustín I de México.

El Imperio de Haití

Fue una monarquía electiva en las Antillas. Haití había sido parte de la colonia francesa de Saint-Domingue, pero el 1 de enero de 1804 se declaró la Independencia. El Gobernador General de Haití, Jean-Jacques Dessalines, estableció el Imperio el 22 de septiembre de 1804 cuando se proclamó a sí mismo Emperador Jacques I. El 6 de octubre el nuevo emperador celebró una 'ceremonia de coronación'. La Constitución del 20 de mayo de 1805 se establece la forma en que el Imperio organiza al país, dividiéndolo en seis unidades militares con cada uno de los generales de división para un contacto directo con el Emperador o el general en jefe que sería nombrado por el Emperador. En la Constitución también se establecía la forma de sucesión al trono, dictaminaba que la Corona "es electiva, pues el Emperador reinante tiene la facultad de designar a su sucesor". La Constitución también prohíbía a la población blanca de poseer bienes en el Imperio.

El Emperador Jacques I es traicionado y asesinado el 17 de octubre de 1806 por dos miembros de su administración: Alexandre Pétion y Henri Christophe, quienes al asumir el poder provocan una escisión en el país con Pétion liderando el sur de República de Haití y Christophe liderando el norte del país con el Estado de Haití, luego convertido en el Reino de Haití.

Muchos años más tarde, el 26 de agosto de 1849, el Presidente Faustin Soulouque volvió a establecer un Imperio en Haití, que duraría hasta el 15 de enero de 1859.

Henri Christophe

Brasil

Brasil es quizá el caso más famoso de una monarquía sobre tierra firme americana. Tras la invasión napoleónica de Portugal en 1808, la familia real de Portugal se vio obligada a cruzar el Atlántico hasta arribar a la joya de imperio colonial. Allí los Braganza continuaron reinando, fijando su capital ad hoc en Rio de Janeiro; finalizado el terror napoleónico en Europa, el entonces soberano, Juan VI regresó a su Lisboa natal, pero dejando a su único hijo varón, Pedro, actuando como regente en Brasil, cuyo estatus había sido elevado de colonia a reino en 1815.  No tardaron los brasileños en soñar con la idependencia total y no sin esfuerzo la consiguieron en septiembre de 1822, cuando el príncipe Pedro fue proclamado emperador. En marzo de 1826 el rey Juan VI falleció, dejando la corona portuguesa a su hijo, el Emperador de Brasil; así, Don Pedro fue brevemente emperador de Brasil a la vez que rey de Portugal, pero finalmente decidió ceder la corona de Lisboa a su hija, María II. Se bifurcaba así de forma definitiva la dinastía de los Braganza, que reinarían en Portugal hasta 1910. Los de Brasil gozaron de gran estabilidad gracias en parte a su enorme poder comercial en América latina, aunque la situación no fue siempre fácil, como cuando en 1828 Cisplatina se escindió del imperio, fundando así el que hoy es la República de Uruguay. Agobiado por los problemas en Brasil y por la precariedad del trono en Portugal de su hija María, que acababa de ser derrocada por su tío el infante Miguel, Pedro I abdicó el trono en 1831. Su hijo, Pedro II, le sucedió, y aunque hizo mucho por el pueblo de Brasil (entre sus grandes logros destaca la práctica abolición de la esclavitud, que su hija llegó a realizar), el pueblo acabó sublevándose al no poder contar con suficiente mano de obra, anteriormente dependiente de los esclavos. Por motivos de salud, Pedro II se tuvo que ir a Europa, dejando el poder en manos de su hija Isabel (sus hijos varones fallecieron prematuramente), pero en febrero de 1889 se proclamço la República, y los Braganza fueron exiliados. No volverían a pisar el antiguo imperio tropical hasta 1921.

Es quizá el caso más famoso de una monarquía sobre tierra firme americana. Tras la invasión napoleónica de Portugal en 1808, la familia real de Portugal se vio obligada a cruzar el Atlántico hasta arribar a la joya de imperio colonial. Allí los Braganza continuaron reinando, fijando su capital ad hoc en Rio de Janeiro; finalizado el terror napoleónico en Europa, el entonces soberano, Juan VI regresó a su Lisboa natal, pero dejando a su único hijo varón, Pedro, actuando como regente en Brasil, cuyo estatus había sido elevado de colonia a reino en 1815.  No tardaron los brasileños en soñar con la idependencia total y no sin esfuerzo la consiguieron en septiembre de 1822, cuando el príncipe Pedro fue proclamado emperador. En marzo de 1826 el rey Juan VI falleció, dejando la corona portuguesa a su hijo, el Emperador de Brasil; así, Don Pedro fue brevemente emperador de Brasil a la vez que rey de Portugal, pero finalmente decidió ceder la corona de Lisboa a su hija, María II. Se bifurcaba así de forma definitiva la dinastía de los Braganza, que reinarían en Portugal hasta 1910. Los de Brasil gozaron de gran estabilidad gracias en parte a su enorme poder comercial en América latina, aunque la situación no fue siempre fácil, como cuando en 1828 Cisplatina se escindió del imperio, fundando así el que hoy es la República de Uruguay. Agobiado por los problemas en Brasil y por la precariedad del trono en Portugal de su hija María, que acababa de ser derrocada por su tío el infante Miguel, Pedro I abdicó el trono en 1831. Su hijo, Pedro II, le sucedió, y aunque hizo mucho por el pueblo de Brasil (entre sus grandes logros destaca la práctica abolición de la esclavitud, que su hija llegó a realizar), el pueblo acabó sublevándose al no poder contar con suficiente mano de obra, anteriormente dependiente de los esclavos. Por motivos de salud, Pedro II se tuvo que ir a Europa, dejando el poder en manos de su hija Isabel (sus hijos varones fallecieron prematuramente), pero en febrero de 1889 se proclamço la República, y los Braganza fueron exiliados. No volverían a pisar el antiguo imperio tropical hasta 1921.

Pedro II. Ultimo Emperador de Brasil